Iba conduciendo el coche y pensaba en la familia que había quedado en casa. Me sentía mal me sentía como un niño que se había
escapado de casa era una sensación muy extraña por que les había dejado en casa
solos. Pero las ganas de la aventura me empujaban ha seguir, no parar, no dar
marcha atrás.
Yo les había dicho ha
mi familia que esta aventura necesitaba hacerla solo. También les dije:
-Os quiero pero necesito hacerlo solo necesitaba pensar organizar mi vida mis pensamientos sentirme
libre aunque solo fuera por unos días necesitaba desconectar, olvidarme de la rutina
de la presión de las obligaciones y la forma ,por lo menos yo creo , es el
caminar.
Me habían dicho que aquella
experiencia ayudaba mucho ha poner tu vida mas equilibrada. Hacer de tu vida
algo mejor, que tengas más seguridad, al
hacer el camino te sientes fuerte porque el camino es mágico. Es algo especial te hace ser mas
humano, o por lo menos las personas que han hecho el camino han tenido esas sensaciones.
Yo necesitaba experimentarlas y ha eso iba y ha hora que
estoy en camino no voy hadar marcha atrás, por que me siento más fuerte para
comenzar mi aventura ponía la radio con
mas volumen para calmar mis nervios.
A medida que me acercaba al punto donde iba ha comenzar mi
aventura, el tiempo se ponía cada vez peor. En el horizonte se veían nubarrones que daban miedo, hacia un viento muy fuerte, caían chaparrones impresionantes. Lo cual me hacia
ver mal la carretera y hacer imposible la conducción.
De vez en cuando veía algún peregrino, era impresionante. Se
le veía que lo estaba pasando mal pero el seguía y parecía no importarle ni el
viento ni la lluvia como si haría un día total mente agradable yo me imaginaba
estar en su lugar y me entraba una sensación extraña excitante como si una
fuerza sobre natural te ayudaría ha continuar y a no parar hasta conseguir tu
objetivo.
Me sentía con ganas de comenzar, pero a la vez inseguridad. Seguía dándole vueltas ha la cabeza si yo también seria
capaz de hacerlo me decía a mi mismo:
- Ánimo, se valiente que tu puedes, tienes que poder no te
rindas ahora porque ya no hay marcha atrás.-Sin embargo el viento tan fuerte, la lluvia seguían golpeando
en el cristal… daban ganas de dar la vuelta.
Mis queridos lectores, me armaba de valor y decía para mi, va a ser
una experiencia bonita y muy gratificante. En ese momento, me que daban unos cuatrocientos kilómetros y
necesitaba parar para relajarme, porque la conducción se hacia difícil por el mal
tiempo que estaba haciendo, me tome una Coca-Cola para despejarme.
A medida que me ha cercaba ha SARRIA el tiempo se ponía mas
feo y los chaparrones eran mas frecuentes
y el viento no cesaba. Había momentos que movía el coche y me desplazaba
hacia el otro carril después de tanta pelea con el volante y haber recorrido los
550 kilómetros que me separan de casa
llego por fin al comienzo de mi aventura
a esa experiencia de la que tanto y tantas veces, me han contado iba hacer realidad mis sueños.
Aparco el coche, abro el capo y saco la mochila y el palo
que me va ayudar a caminar.
Finalmente, llamo a mi familia para
decirles que he llegado ha SARRIA - LUGO y que volveré ha llamarles al día siguiente.
Para entonces, eran las dos y media de la tarde y hacia una
tarde muy agradable. Como si el mal
tiempo que había tenido en el viaje, fuera cosa del pasado. Cargue la mochila
en la espalda y poco a poco fui subiendo hacia el casco viejo donde estaba la
calle donde había varios alberges, allí en el más cercano, entre sin miramientos.
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